Para realizar nuestro experimento
necesitamos monedas sucias y estropeadas, sal y vinagre.
Con el paso del tiempo y el uso es normal que las monedas se estropeen y se deterioren.
Para limpiar una moneda ponemos algo de
sal fina sobre la moneda, añadimos un poco de vinagre y luego
frotamos la moneda con un paño. En unos segundos la moneda recupera
el brillo característico de los metales.
También se puede utilizar un cepillo
suave pero sin ejercer mucha presión para no rallar la superficie de
la moneda
Explicación
El
vinagre contiene ácido acético y la sal común que tenemos en casa
es cloruro de sodio.
El
ácido ataca el óxido de cobre que recubre la superficie del metal permitiendo que recupere su
brillo característico. Y al frotar la superficie de la moneda con un
paño los granitos de sal actúan como un abrasivo ligero que pule la capa superficial del metal.
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