El chocolate es más denso que la gaseosa y los trocitos se hunden.
A medida que descienden los trocitos de chocolate se van rodeando por burbujas del gas disuelto en la gaseosa. Llega un momento que el empuje del gas compensa el peso de los trocitos de chocolate y éstos ascienden a la superficie del líquido. Al llegar a la superficie se liberan las burbujas y los trocitos vuelven a sumergirse, repitiéndose el proceso hasta que la gaseosa se queda sin gas.
Buen provecho.