En primer lugar retiramos un poco de cera de la base de la vela para poder encenderla por los dos extremos. Luego determinamos el centro de gravedad de la vela (el centro geométrico) con ayuda de un metro y clavamos la varilla metálica en ese punto. Calentando la varilla resultará más fácil introducirla en la vela.
Si apoyamos los extremos de la varilla en dos sillas podemos ver que la vela queda en equilibrio en posición horizontal.
Ya tenemos lista la vela para nuestro experimento.
Si prendemos ahora uno de los extremos de la vela la cera se derretirá y perderá un poco de masa, lo que supondrá que la vela pierda el equilibrio y se incline hacia el otro extremo. Si encendemos el otro extremo se derretirá la cera en los dos lados por lo que el equilibrio se alterará a medida que se derrite la cera, ocasionando unas oscilaciones muy grandes en torno a la posición de equilibrio horizontal.