Para realizar nuestro experimento necesitamos un
vaso de plástico y un
tubo de goma.
Practicamos un pequeño agujero en la base del vaso de plástico y hacemos pasar el tubo de goma por dicho agujero. Para ajustar bien el tubo de goma en el agujero del vaso podemos usar pegamento. Es importante que no salga agua por dicho agujero.
El tubo se dobla en el interior del vaso de manera que forme dos ramas: una corta en el interior del vaso y otra larga que sale al exterior por la base del mismo.
Si añadimos agua en el interior del vaso vemos que el nivel del agua sube hasta llegar a la parte superior del tubo de goma. En ese momento el agua sale por la rama larga del tubo de goma y desciende el nivel del agua en el interior del vaso hasta llegar a la altura del extremo de la rama corta (en nuestro caso coincide con el fondo del vaso).
El vaso de Tántalo nunca se llena. Recuerda este nombre al cruel castigo que sufrió
Tántalo (hijo de Zeus) según la
mitología griega. Su castigo consistió en estar en un lago con el agua a la altura de la barbilla, bajo un árbol de ramas bajas repletas de frutas. Cada vez que Tántalo, desesperado por el hambre o la sed, intenta tomar una fruta o sorber algo de agua, éstos se retiran inmediatamente de su alcance.
Explicación:
El vaso de Tántalo es un
sifón. Al llenar el vaso de agua también se llena el tubo de goma (la rama corta). Cuando el agua llega a la parte superior del tubo de goma comienza a caer por la rama larga arrastrando el líquido que hay dentro del tubo de goma. El nivel baja hasta descubrir el orificio interior del tubo.