Para realizar nuestro
experimento necesitamos un trozo de cartón no muy grueso, un
rotulador, tijeras, tres arandelas metálicas y cinta adhesiva.
Podemos recortar nuestro
monigote equilibrista de un trozo de cartón no muy grueso (ver
imagen). Luego pegamos en las manos y en la cabeza unas arandelas
metálicas. Si no tenemos arandelas podemos usar otra cosa (por
ejemplo unas tuercas). Y finalmente se doblan un poco los brazos del
monigote.
Si se apoya la cabeza de
nuestro monigote sobre la punta de un lápiz vemos que se mantiene en
equilibrio estable. Con un pequeño impulso el monigote puede girar
sin caerse.
Explicación
La clave de nuestro monigote
equilibrista es lograr que el centro de masas esté por debajo del
punto de apoyo. Colocando las arandelas metálicas en las manos del
monigote se logra que el centro de masas quede por debajo del punto
de apoyo situado en la cabeza del monigote.
Al inclinar ligeramente la
figura sube el centro de masas y el monigote recupera la situación
inicial de equilibrio estable.
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