Para realizar nuestro
experimento necesitamos una bola de corcho, arena y agua.
En 1910 el ingeniero
aeronáutico rumano Henri Coanda (1886 – 1972) descubrió que un
fluido (gas o líquido) tiende a seguir el contorno de la superficie
sobre la que incide (siempre que la curvatura de la superficie sobre
la que incide el fluido y el ángulo de incidencia del fluido no sean
muy grandes).
Para demostrar el efecto
Coanda podemos dejar caer un chorro de agua sobre la superficie de
una bola de corcho sujeta por un hilo. Vemos que el líquido se pega
a la superficie y sale en dirección opuesta. Por conservación del
momento lineal o según el principio de acción y reacción la bola
de corcho se mueve en sentido contrario a la dirección de salida del
chorro de agua.
Si luego dejamos caer arena
sobre la bola vemos que ya no aparece el efecto Coanda. La arena
rebota sobre la superficie y la bola se desplaza en sentido contrario
por el principio de acción y reacción o tercera ley de Newton.
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